La cadena de frío y su impacto en nuestra vida diaria
Imagina que estás por comer tu platillo favorito. Seguramente puedes imaginar el olor antes que nada y es que el olfato es uno de nuestros sentidos más poderosos y el que se asocia con la memoria de manera inmediata. También lo hace el gusto, por lo que al imaginar el olor, posiblemente puedes salivar como si lo tuvieras frente a ti.
Sin embargo, un día es posible que al dar la primera mordida, sepas que algo no está bien. Incluso es posible que desde que la huelas lo presientas y es que los alimentos necesitan pasar por los estándares de calidad más estrictos para llegar con seguridad a tu mesa.
En general, se trata de un proceso que incluye a muchas industrias que trabajan en conjunto para asegurar que la alimentación de las personas sea la más adecuada, nutritiva y deliciosa, entre ellas se encuentra la cadena de frío.
La cadena de frío se trata del manejo de la temperatura de los productos perecederos (la mayoría de los alimentos) con el fin de mantener su calidad y seguridad desde el punto de origen a través de la cadena de distribución hasta el momento en que el consumidor final lo tiene en sus manos.
Antes de eso el consumo de la comida no era regulado (y en muchos lugares no autorizados por las autoridades aún no lo es) y consumir ciertos alimentos era un riesgo muy grande, pues al no almacenarse a una temperatura idónea durante todo su proceso y durante el tiempo que tardaba en llegar al consumidor final podía ser una condena de muerte (sobre todo antes de la invención de la medicina moderna).

Hoy en día la cadena de frío es un elemento esencial en la distribución de los alimentos, pero más allá de someter a los alimentos a una temperatura baja, se necesitan muchas cosas para determinar qué será sometido a bajas temperaturas, a cuántos deberá mantenerse así y durante cuánto tiempo. No es lo mismo someter a la cadena de frío ciertos vegetales, carne roja o alimentos del mar, cada uno necesita mantenerse a cierta temperatura para asegurar que se mantendrá en buen estado y que conservará la mayor cantidad de nutrientes posibles.
La interrupción de la cadena de frío es la manera más fácil de favorecer la aparición de microorganismos dañinos para la salud y una de las razones por la que gran parte de la comida es desechada. Se estima que a pesar de los esfuerzos de la industria, aún se desecha cerca del 50 % de los alimentos durante el envasado, preenfriamiento, transporte y almacenamiento de los productos agrícolas frescos.
Otros de los problemas que pueden pasar si no se mantiene la cadena en frío correctamente es la degradación de la textura de los alimentos, decoloración y magulladuras, lo que también puede confundir a los clientes finales quienes al ver un producto que no se ve completamente fresco lo desechen.
Es gracias a la cadena en frío que se pueden consumir alimentos fuera de temporada, que una familia puede elegir entre comer pollo un día, carne roja al otro y acompañarlas de distintas ensaladas. La cadena en frío es un proceso que se lleva a cabo en otras industrias, como la médica, por lo que su impacto en nuestras vidas es inmenso.