Importancia de la cadena de frío en los productos cárnicos de los supermercados
La cadena de frío es el manejo de la temperatura de los productos perecederos (la mayoría de los alimentos), con el fin de mantener su calidad y seguridad desde el punto de origen, a través de la cadena de distribución, hasta el momento en que el consumidor final lo tiene en sus manos.
Esto es importante en todos los alimentos que consumimos (desde los perecederos hasta los enlatados que, parece que no, pero necesitan mantenerse a cierta temperatura para continuar siendo útiles para el consumo). Hay algunos que es de vital importancia que la cadena de frío se cumpla sin ningún cambio establecido, los productos cárnicos son uno de ellos.
La carne es un producto perecedero con una vida útil corta y, por lo tanto, tiempos de venta breves. En contraste con frutas y verduras frescas, la carne empaquetada debe marcarse con una fecha de caducidad. El mantenimiento de la cadena de frío es también uno de los principios fundamentales y requisitos básicos sobre higiene de los alimentos.
Es sabido que la materia prima, ingredientes, productos intermedios y terminados que probablemente favorezcan el crecimiento de microorganismos patógenos y/o bacterias de deterioro, deben conservarse a temperaturas que no supongan un riesgo para la salud. Es por eso que la cadena de frío no debe ser interrumpida en ningún momento a lo largo del proceso de distribución de la carne.
Envasado aumenta la vida útil de la carne fresca refrigerada
La vida útil de la carne fresca refrigerada se puede prolongar mediante diversas soluciones de envasado, como el envasado al vacío o en atmósfera modificada. Sin embargo, la frescura de la carne está fuertemente influenciada por la temperatura. Al tener una temperatura inadecuada en el almacenamiento, la distribución o la venta puede hacer que se reduzca su vida útil y que el deterioro inicie mucho antes.


La carne es particularmente favorable para el crecimiento de microorganismos debido a su composición química rica en proteínas, lípidos y agua. Los lípidos contenidos en la carne también la hacen muy sensible a la oxidación (reacción del oxígeno con los ácidos grasos) y posterior producción de peróxidos. Estos peróxidos producen un olor y sabor característicos de la carne rancia.
En la cadena de frío de la carne existen puntos débiles que pueden agravar la situación, como el enfriamiento de los productos durante el almacenamiento antes del envío, abuso de temperatura durante el transporte y transferencia de productos de un actor a otro y los tiempos de espera durante la compra y venta en puntos de venta.
Los cambios de temperatura y los abusos dan como resultado variaciones en la calidad del producto durante la distribución al final de la vida útil y pueden causar deterioro antes de que llegue la fecha de caducidad, lo que además de llevar al desperdicio de alimentos y pérdidas económicas puede significar un riesgo para la salud de los consumidores.
La cadena de frío de la carne se trata de un proceso muy complejo con poco margen de error donde es importante cuidar cada pequeño detalle desde el matadero, la empaquetación, congelación, transportación, distribución y almacenamiento final. De otra manera, las pérdidas pueden ser devastadoras.
La cadena de frío de la carne es integral para la salubridad pública y cuando ésta ha fallado a gran escala, las consecuencias han sido trágicas. Es importante que cada elemento de la cadena de frío esté comprometido para que su ciclo inicie y termine de manera correcta, siempre ajustándose a los más altos estándares de calidad, seguridad y confiabilidad. Rensa es una empresa con 30 años en el mercado y desde entonces hemos puesto trabajo y dedicación en ofrecer los productos más confiables para garantizar estos estándares.