El impacto Histórico de la Refrigeración
Para mucha gente la refrigeración es parte esencial de su vida. Tanto que a veces ni siquiera se dan cuenta de lo mucho que la aprovechan, usan y dependen de ella. En nuestra vida diaria podemos pensarlo al abrir el refrigerador y encontrar comida que puede llevar días o incluso meses refrigerada o congelada, pero basta con ver algunos de los productos que hay en un refrigerador para entender que la historia es mucho más compleja e interesante.
Durante gran parte de la historia de la humanidad, la gente sólo podía comer lo que se cosechaba cerca de donde vivía o productos no perecederos que tardaban meses en ser transportados de un lugar a otro (pero nunca a tal grado como lo hacemos hoy, de una parte del mundo a otra).
En el siglo XIX los científicos, hombres de negocio y exploradores en busca de aventuras buscaban una solución al mismo problema: transportar alimentos de un país a otro antes de que se pudrieran. Tal es el caso de Lorenzo Dow Baker, un marinero que se convirtió en uno de los fundadores de la United Fruit Company, una de las empresas más valiosas y grandes de la historia.
Además del mar, Lorenzo Dow Baker amaba apostar y durante un viaje a Jamaica, ganó muchos plátanos (que él como extranjero consideraba una delicia) y en 1870 corrió el riesgo de regresar a Estados Unidos antes de que estos se pudrieran. También ganó esa apuesta y las ganancias fueron superiores a lo que podía imaginar.

Pronto el plátano se convirtió en una delicia de lujo en ciudades como Boston y Nueva York, por lo que Baker buscó la manera de traer más plátanos sin correr el riesgo de que no llegaran a tiempo a los puertos estadounidenses. La forma en que la United Fruit Company se consolidó fue gracias a la invención de la refrigeración, lo que dio paso no sólo a la exportación de alimentos, sino que dio paso al comercio internacional que hoy conocemos.
¿Qué hay de quienes viven en lugares que pueden ser insoportables por el frío o el calor? Muchos ya vivían ahí antes de que existiera el aire acondicionado, pero el estilo de vida era muy distinto, así como la arquitectura. Muchos tenían que tener hogares subterráneos para mantener una temperatura adecuada, construir grandes techos y paredes que ayudaban a regular la temperatura de los hogares y sin duda cuando el clima era extremo, se convertía en una condena a permanecer encerrado.
En 1902 Willis Carrier inventó el aire eléctrico, y a partir de entonces las fábricas se convirtieron en lugares mucho más soportables para trabajadores que perdían el conocimiento o incluso morían a causa de las temperaturas infrahumanas con las que se abajaba, mejorando la producción masiva. Este tipo de regulador de temperatura permitió la posibilidad de hacer rascacielos con metales con los que antes no era posible, así como usar más vidrio, cambiando incluso el arte de la arquitectura.
Además de ser un negocio en sí mismo y permitir la proliferación de muchos otros, la refrigeración cambió la vida de miles de millones al permitir consumir otro tipo de alimentos. Un ejemplo es la carne roja. Argentina es un país que produce una de la mejor carne a nivel mundial, pero por mucho tiempo estuvo limitado por su ubicación geográfica. El gobierno incluso ofreció un precio a quien pudiera encontrar la manera de mantener la carne lo suficientemente fría para poder ser exportada con éxito.
De acuerdo a la BBC:
En 1876, el ingeniero francés Charles Tellier adecuó un barco, Le Frigorifique, lo empacó con carne y lo navegó a Buenos Aires como prueba del concepto. Después de 105 días en el mar, la carne llegó todavía en condiciones de comer. La Liberte, un diario argentino, se regocijó: "¡Viva, mil veces, las revoluciones de la ciencia y el capital!" Así comenzaron las exportaciones de carne argentina. En 1902, había 460 barcos refrigerados - o "reefers" - surcando los mares del mundo, transportando un millón de toneladas de carne de res de Argentina y mucho más.
Desde entonces podemos agradecer a la tecnología detrás de la refrigeración industrial, pues a través de su trabajo todo el mundo puede ejecutar tareas básicas sin pensar en cuestiones que antes eran un problema mayúsculo.