Cómo reducir las fugas de los sistemas de refrigeración

La industria de la refrigeración ha mejorado a pasos agigantados durante los últimos años, pero a pesar de eso aún el problema de fugas en refrigeradores comerciales es un tema a tomar en cuenta. De acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, se dice que un supermercado común tiene una tasa anual de fuga del 25%, que equivale aproximadamente a 453 kilos de refrigerante desperdiciado.

Al hacer un mantenimiento preventivo ayuda a evitar las fugas y a minimizar los problemas o los posibles nuevos problemas. Entre los principales indicios de que un sistema de refrigeración comercial tiene una fuga está la pérdida de performance en el refrigerador mientras el compresor continúa funcionando. La presencia de humedad en ese compresor también lo es, así como la presencia de aceite alrededor de una conexión.

Cuando se trata de refrigeración comercial, las pequeñas fugas pueden tardar más en ser percibidas porque la carga total es mayor. Por eso estos sistemas necesitan atención detallada y constante. Es recomendable realizar una verificación de fugas en cada llamada de servicio, así como comprobar las fugas de refrigerantes en intervalos regulares (cada uno o dos meses para sistemas centralizados grandes).

Esto puede tener grandes repercusiones económicas, pues además del costo del producto para la reposición, hay que pagar todo el servicio técnico y las posibles pérdidas que vienen de desactivar temporalmente un sistema de ese calibre.

Lamentablemente aún es común que muchos supermercados solamente hagan recarga de fluido refrigerante sin buscar las causas que llevaron a su pérdida. Es muy importante notar que la recarga del sistema no se debe hacer sin antes verificar las causas de fuga y efectuar el reparo. Esa práctica incorrecta genera aún más gastos innecesarios, además de afectar al medio ambiente.

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Otra causa de fugas es el exceso de vibración o la fatiga de los materiales, que pueden provocar fisuras diminutas que no se notan a simple vista, así como la manipulación intensa del equipo, desde su operación hasta su transportación.

Estos son algunos de los consejos más comunes para prevenir y evitar futuras fugas:

Reemplazar periódicamente las líneas de cobre, así como el aislamiento y el hardware de montaje.

Mantener los estantes de refrigeración y las salas de máquinas lo más limpias posible para detectar fugas más fácilmente.

Si hay una fuga, es posible que no sea la única, así que se debe revisar todo el sistema minuciosamente.

Una vez que se hayan reparado todas las fugas, confirmar que los niveles de refrigerante se hayan estabilizado, lo que indica que no hay fugas adicionales en otras partes del sistema.

Instalar un sistema de monitoreo, notificación y alarma de fugas de refrigerante para detectar fugas entre las inspecciones periódicas.

Durante la instalación, utilizar los mecanismos de seguridad adecuados para las tuberías y las técnicas de instalación adecuadas.

Purgar con nitrógeno y probar la presión de cada nueva instalación para asegurarse que no haya fugas.

Establecer protocolos de respuesta de detección de fugas adecuados y medidas proactivas para minimizar o eliminar las fugas por completo.

Implementar un sistema de seguimiento de refrigerante para identificar fugas significativas.

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